La esencia del rugby

Jugar al rugby es un privilegio. Entrenar los martes y jueves por la noche, pasar frío, llegar cansado de trabajar y estudiar a lo largo del día, pelarte las rodillas en el campo de entrenamientos, comer tarde (y mal), acostarse a altas horas de la noche para levantarte temprano y seguir con tu rutina de todos los días, esperar la confirmación de los equipos que saldrán a la cancha el sábado, cuidarse el viernes, irse a dormir temprano, armar el bolsito, enrollar las vendas, chequear que este todo en su lugar, transpirar de los nervios, comerse las uñas de ansiedad, dormir poco (y mal) si te toca debutar al día siguiente, o si volves de una lesión, o si vas al banco de la primera de tu equipo por primera vez, o si simplemente lo sentís así, como todos, como se debe sentir una pasión, levantarse tempranito el sábado, chequear por vigésima vez que el bolso este completito, desayunar liviano, partir para el club y juntarte con los[...]
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